24 de mayo de 2019

FRATERNIDAD

P E R I S C O P I O

Blog Contra-Revolucionario

jueves, 23 de mayo de 2019


FRATERNIDAD – 24/05/2019

Nada grande, nada saludable, nada durable se construye en materia de cultura y civilización sin tomar en cuenta una justa medida de libertad, de igualdad y de fraternidad.

Sin embargo, los mayores crímenes de los siglos recientes fueron cometidos precisamente en nombre de una libertad sin frenos, de una igualdad absoluta y de una fraternidad sin discernimiento. Para demostrarlo no es necesario remontarse hasta la Revolución Francesa, basta considerar al hijo furibundo que ésta dio a luz, el comunismo.

El comunismo cubre la tierra de violencia. Los ejecutores inmediatos de su acción violenta la mayor parte de las veces nada entienden de las tan nebulosas elucubraciones filosóficas y económicas de Marx. Les mueve en general un raciocinio primario, que podríamos resumir así: todos los hombres son hermanos, cada uno debe desear para sus hermanos todo lo bueno que tiene para sí mismo, luego, la igualdad completa es la consecuencia forzosa de la fraternidad auténtica y toda desigualdad es pues una injusticia, de manera que, el hermano víctima de esa injusticia, tiene el derecho de pedir y aún de imponer la igualdad en nombre de la fraternidad. Es la última consecuencia de la fraternidad.

¿Pero la verdadera fraternidad es fruto de una igualdad completa o más bien de una igualdad fundamental templada por una escala de valores diversificados y jerarquizados?

Una frase de Maurois respecto a un grupo de amigos decía “como todos los verdaderos amigos, ellos se parecían poco”. La amistad tiene mucha relación con el amor fraterno. Este, como aquélla, se paraliza y muere en la monotonía irrespirable de la igualdad total. Por el contrario, vive, palpita y fructifica en un clima de desigualdades proporcionadas y armónicas. Con esto se derriba la identificación comunista entre igualdad total y fraternidad perfecta. Y la fraternidad, en lugar de conducir a la lucha de clases y a matanzas, produce una armonía y cooperación constructiva.

León XIII decía en 1903: el remedio para esos males no será jamás la igualdad subversiva del orden social sino esta fraternidad que, sin perjudicar en nada la dignidad de la posición social, une los corazones de todos con los mismos lazos del amor cristiano. Y Pío XII en 1953 añadía: los hermanos no nacen ni permanecen todos iguales, unos son fuertes, otros débiles, unos inteligentes, otros incapaces. Es pues inevitable una cierta desigualdad material, intelectual y moral en una misma familia. Pretender la igualdad absoluta de todos sería lo mismo que pretender dar idénticas funciones a miembros diversos del mismo organismo.

Como diría Madame Roland antes de ser guillotinada: fraternidad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!
EXTRACTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA AUTORIA DE NACHO ALDAY SIN REVISION DEL AUTOR

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