31 de diciembre de 2014

Tempestade derruba 286 árvores em SP

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Tempestade derruba 286 árvores em SP


Número recorde de tombamentos levou até ao fechamento do parque Ibirapuera; bairros ficaram sem água e luz
Ventos de 96 km/h na capital paulista foram resultado de fenômeno climático que pode derrubar até avião
DE SÃO PAULO

Terça-feira, 30 de dezembo de 2014


Uma tempestade com rajadas de vento de até 96,3 km/h levou ao tombamento de 286 árvores em menos de 12 horas, um recorde na cidade de São Paulo, e ao fechamento do parque Ibirapuera (zona sul).

O fornecimento de energia elétrica e água foi interrompido em diversos bairros, a circulação de trens ficou prejudicada no ABC e houve apagão em 139 semáforos.
"Para se ter uma ideia, ventos de 120 km/h já são considerados furacão", compara Danilo Mizuta, engenheiro florestal da Secretaria de Coordenação das Subprefeituras.

A tempestade derrubou inclusive árvores saudáveis, segundo especialistas. "Não foram só as que tinham fungo ou cupim", afirmou Mizuta.
As áreas mais afetadas foram as das subprefeituras de Vila Mariana, Santo Amaro e Ipiranga, na zona sul, e Pinheiros e Butantã, na oeste.

A cidade foi atingida por um fenômeno chamado microexplosão (ou "microburst"), na qual rajadas de vento em alta velocidade batem no chão e se espalham.

Associada à presença de grandes nuvens de tempestades, a microexplosão já foi responsável por derrubar aviões, como um voo da USAir que em 1994 matou 37 pessoas quando se aproximava do aeroporto de Charlotte (Carolina do Norte, nos EUA).

IBIRAPUERA
Até esta segunda (29), a maior quantidade de árvores caídas num único dia tinha sido 156, em fevereiro de 2013. Segundo a prefeitura, 400 são derrubadas por mês, em média, na estação chuvosa.

Quem foi ao parque Ibirapuera (que recebe 200 mil pessoas num final de semana) encontrou portões fechados e, mais tarde, um cenário de devastação. Pela primeira vez, o local teve de ser fechado devido à queda de 25 árvores --segundo a prefeitura, isso só havia ocorrido antes por falta de energia.

Houve danos no prédio da administração, no setor de eventos e em postes de iluminação. A reabertura parcial do espaço foi feita às 15h30, mas ele só deve ser totalmente liberado na quarta (31).

Segundo a AES Eletropaulo, 92 bairros foram total ou parcialmente afetados --quase 20 horas depois, 16 permaneciam sem energia.

O posto para retirada de visto para os EUA ficou fechado por três horas devido à queda de energia, causando filas.

Os maiores índices pluviométricos foram no Ipiranga --com 29,3 mm, o equivalente a quatro dias de chuva no Cantareira, levando em conta a média histórica de dezembro.

A Sabesp disse que a falta de luz afetou estações elevatórias de água. O abastecimento ficou comprometido na Vila Mariana, Cursino (zona sul) e Sapopemba (leste).

No final da tarde, voltou a chover na capital paulista. Na zona leste, houve protesto de moradores, com ônibus apedrejados, contra os alagamentos em Itaim Paulista.

As chuvas também causaram prejuízos no resto do Estado. Os bombeiros registraram 11 carros e 12 edificações atingidas por árvores.

A prefeitura diz que é possível pedir a poda pelo telefone 156 ou pelas subprefeituras. A prefeitura já removeu, neste ano, 3.000 árvores que apresentavam algum problema.

¿Puede Alemania liderar a Europa?

LA CUARTA PÁGINA

¿Puede Alemania liderar a Europa?

El poder alemán temió históricamente quedar envuelto por coaliciones militares; ahora su preocupación es verse rodeado de economías débiles. Los dilemas geopolíticos europeos regresan en versión económica

Desde que comenzó la crisis del euro —hace ahora cinco años— se ha debatido mucho sobre la hegemoníaalemana en Europa. Desde el inicio de la crisis, políticos y periodistas han descrito rutinariamente a Alemania como el “poder hegemónico reticente” —en otras palabras, una potencia que se niega a desempeñar su propio papel— y se le ha reprochado no ser más audaz. Por ejemplo, en un discurso ya famoso pronunciado en Berlín el 11 de noviembre de 2011, el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radek Sikorski, dijo que temía al poder alemán menos de lo que estaba empezando a temer la inactividad alemana, e instó a Alemania a liderar a Europa.
Las apelaciones al liderazgo alemán se han basado implícita o explícitamente en la teoría de la estabilidad de la hegemonía, según la cual es necesario un poder hegemónico benevolente para mantener la estabilidad del orden internacional. De acuerdo con teóricos como Charles Kindleberger, el fallo de EE UU al no desempeñar ese papel tras el crash de 1929 condujo al colapso del sistema internacional. Sin embargo, sostienen, EE UU aprendió las lecciones de ese fracaso y tras la Segunda Guerra Mundial hizo un uso inteligente de su poder. Son muchos los que, como Sikorski, han instado a Alemania a adoptar una actitud similar en representación de la eurozona.
Lo desconcertante del actual debate sobre la hegemonía alemana, sin embargo, es que está completamente desconectado de la larga historia de debates, que se remonta al siglo XIX, sobre el poder alemán en Europa. De hecho, entre 1871 y 1945, la cuestión alemanaera uno de los asuntos centrales a los que se enfrentaba Europa. Huelga decir que cuando Alemania ambicionó una hegemonía la cosa no salió bien. Pero, al escuchar el debate actual, es como si eso nunca hubiera sucedido, o como si ahora fuera irrelevante.
El problema con el actual debate sobre la hegemonía es que tiende a dar por supuesto que Alemania tiene el potencial —o, en otras palabras, los recursos— para ser el líder europeo en el sentido en que Sikorski y otros le alientan a que lo sea. Muchos de los que critican a Alemania parecen sugerir que es solo una mala política (cierta combinación de timidez y un defectuoso análisis de la crisis, basado en su propia ortodoxia económica) lo que le impide hacerlo.
La economía de Berlín
ha ejercido presiones cada vez más insoportables
para sus vecinos
Sin embargo, la cuestión alemanasiempre se centró en la incapacidad de Alemania para ser líder. Aunque tras su unificación en 1871 se hizo demasiado poderosa como para ser desafiada por las demás grandes potencias, no fue lo suficientemente poderosa como para derrotar a una coalición de esas grandes potencias. El historiador alemán Ludwig Dehio describió la posición de Alemania en Europa como la de una “semihegemonía” más que la de una hegemonía. Esa situación estructural dio lugar, como una profecía autocumplida, a un temor alemán al envolvimiento: lo que Bismarck llamó “cauchemar des coalitions”, o sea, la pesadilla de las coaliciones.
La cuestión alemana pareció haber quedado resuelta tras la Segunda Guerra Mundial con la división de Alemania. Con su reunificación en 1990, Alemania volvía a lo que el antiguo presidente alemán Gustav Heinemann llamó su “tamaño crítico” y su posición central en Europa —la llamada Mittellage— pero, a diferencia del pasado, ahora estaba “rodeada de amigos”, como señaló Volker Rühe, un antiguo ministro de Defensa alemán.
No obstante, aunque no haya en Europa un peligro de guerra como lo hubo en otros tiempos, durante la última década la economía de Alemania ha ejercido unas presiones cada vez más insoportables para sus vecinos, por ejemplo mediante un persistente superávit por cuenta corriente desde su recuperación económica a finales de los años 2000. Lo que parece haber ocurrido, en otras palabras, es que la cuestión alemana ha vuelto a resurgir bajo formato geo-económico.
Lo que esto podría significar en términos concretos es un futuro conflictivo en el interior de Europa. En particular, el peligro actualmente en Europa es el de una versión geoeconómica de los conflictos que tuvieron lugar en su seno después de la unificación alemana de 1871. Esta vez los conflictos se centran en la eurozona, que está dividida entre países acreedores, encabezados por Alemania, y países deudores. De hecho, podríamos estar asistiendo a un retorno a la dinámica competitiva de la formación de coaliciones entre las grandes potencias de la Europa anterior a 1945.
Desde el comienzo de la crisis, la diplomacia bilateral dentro de la Unión Europea se ha centrado en Berlín, con lo que una especie de estructura relacional basada en un sistema radial puede estar sustituyendo a la estructura reticular propia de la UE. Los países de Europa central, cuyas economías han sido integradas con la de Alemania desde la reunificación, están empezando a formar una especie del equivalente geoeconómico a una esfera de influencia: el resurgimiento de una Mitteleuropa dominada por Alemania. Al mismo tiempo, sin embargo, otros Estados miembros de la UE —en particular los de la llamada periferia— se han visto sometidos a una presión cada vez mayor para formar lo que George Soros ha llamado un “frente común” contra Alemania.
Podríamos estar viendo la vuelta de coaliciones entre las grandes potencias de la Europa anterior a 1945
Esa presión parece estar conduciendo a una versión geoeconómica del viejo miedo alemán al envolvimiento. Mientras que lo que Alemania temía entonces era una coalición militar, lo que ahora teme es el verse rodeada por una coalición de lo que percibe como economías débiles. De este modo, aunque los medios sean diferentes, lo que el historiador alemán Hans-Peter Schwarz llamó “dialéctica del envolvimiento”, que se desplegó en Europa después de 1871, pudiera estar comenzando de nuevo.
Ese miedo a una coalición antialemana creció tras la reunión del Consejo Europeo de junio de 2012, cuando la canciller Angela Merkel cedió a la presión de Francia, Italia y España y acordó habilitar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM), o fondo de rescate permanente de la eurozona, para recapitalizar directamente bancos de países en crisis. Poco después, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, prometía “hacer lo que sea necesario” para salvar al euro y creaba las Outright Monetary Transactions (OMT) o Compras Monetarias Directas.
En buena parte de Europa, eso se vio como un logro que finalmente rompía la retroalimentación cíclica entre bancos malos y deuda soberana. Pero en Alemania fue visto como una derrota —DerSpiegel lo llamó “la noche en que Merkel perdió”—. Los alemanes temen ahora que el BCE haya cambiado de un modelo alemán de línea dura a un modelo latino inflacionario, e incluso que Francia, Italia y España —los tres que unieron sus fuerzas en junio de 2012— sean el nuevo “núcleo” de la eurozona.
Sin embargo, aunque esa iniciativa anti-alemana logró mantener unido al euro, todavía no ha creado crecimiento ni conseguido reducir los muy elevados niveles de desempleo en la periferia. En particular, en Grecia, Francia y España existe ahora el peligro de que accedan al poder partidos extremistas. Para evitarlo, muchos —incluido el antiguo ministro de Defensa alemán Karl-Theodor zu Guttenberg— están alentando al primer ministro italiano, Matteo Renzi, y al primer ministro francés, Manuel Valls, a liderar una coalición antiausteridad que fuerce un cambio de política que pueda crear crecimiento. Bajo Mariano Rajoy, España se ha mostrado reacia a la idea de unirse a tal coalición, sobre todo por miedo a que pueda causar una reacción aún más negativa por parte de Alemania.
De manera que los dilemas geopolíticos con los que ha estado luchando Europa durante siglos parecen haber regresado en forma geoeconómica, centrada en un conflicto de intereses entre países deudores y acreedores encerrados en un área de moneda única. Lo que no está claro es cuánto conflicto se necesitará en el interior de Europa —y en particular entre países deudores y acreedores— para que se resuelva esa dinámica. La cuestión es si los partidos centristas estarán dispuestos y serán capaces de obligar a Alemania a acordar un cambio de política antes de que un partido extremista llegue al poder en un Estado de la UE. Lo que nos deja claro la historia alemana, sin embargo, es que la solución no puede estar en una Europa dirigida desde Berlín.
Hans Kundnani es director de investigación en el ECFR (Consejo Europeo de Relaciones Exteriores). Acaba de publicar The Paradox of German Power(Hurst/Oxford University Press).
 Traducción de Juan Ramón Azaola

La ONU rechaza la resolución de la Autoridad Nacional Palestina

La ONU rechaza la resolución de la Autoridad Nacional Palestina

El texto fue rechazado por Consejo de Seguridad por dos votos en contra, entre ellos el de EE UU, ocho a favor y tres abstencione

EL PAIS -  /  Jerusalén / Nueva York 30 DIC 2014 - 21:45 CET210
Un policía israelí, junto al barrio árabe de Isawiya, en el este de Jerusalén, en noviembre. /AHMAD GHARABLI (AFP)
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas rechazó este martes la resolución presentada por 22 países árabes y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), liderados por Jordania, que instaba a israelíes y palestinos a llegar a un acuerdo de paz en 12 meses que debería culminar con la retirada de Israel antes de finales de 2017 de los territorios ocupados desde 1967.
El texto de la resolución recibió ocho votos a favor, dos en contra y cinco abstenciones. Al menos se necesitaban nueve votos favorables para que fuera aprobada, y, en ese caso, que ninguno de los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto, de los 15 miembros que forman el organismo, votara en contra.
Como estaba previsto, Estados Unidos, miembro permanente del alto organismo, rechazó la propuesta, igual que Australia. Otro de los países con derecho a veto, Reino Unido, se abstuvo, junto a Lituania, Nigeria, Corea y Ruanda. Los ocho Estados que respaldaron el borrador fueron, además de su promotor, Jordania, Argentina, Chad, Chile, Luxemburgo, China, Francia y Rusia (estos tres últimos también con derecho a veto).
Al explicar su voto, la embajadora de EE UU, Samantha Power, lamentó que el borrador de resolución llegara al Consejo “sin discusión entre sus miembros. La resolución no era un paso constructivo, no crea ese clima para la negociación”, concluyó. Power dijo que la propuesta era contraria a los intentos para conseguir que palestinos e israelíes negocien la paz en un diálogo directo, aunque lamentó “la frustración que genera en ambas partes”.
El representante de Reino Unido, Mark Lyall Grant, que se abstuvo, coincidió con su colega estadounidense en que la falta de acuerdo pesó en la decisión tomada por Londres. Lyall Grant sí aseguró que su país está dispuesto a “revisar” una nueva resolución en 2015. “Es posible acordar un texto que tenga el apoyo de todos los miembros”. Para justificar su voto positivo, el embajador de Francia, François Delattre, lamentó que no fuera posible llegar a un consenso y que el esfuerzo debería continuar. “Los miembros del Consejo de Seguridad tenemos la obligación de crear una base creíble para la paz, ser un actor positivo en este conflicto”, dijo. Pero el diplomático admitió que el texto no era perfecto. Tenemos problemas con algunas partes y con la manera en la que se ha presentado”.
El representante palestino en la ONU, Riyad Mansur, lamentó que la ONU fuese “incapaz” de asumir sus responsabilidades frente a los llamamientos internacionales para lograr la paz en Oriente Próximo.

EDITORIAL Regeneración urgente

EDITORIAL

Regeneración urgente

La desafección hacia los políticos exige medidas de participación, transparencia y renovación

A menos de un año para las elecciones generales en España, los principales partidos empiezan a movilizarse para intentar recuperar el prestigio perdido. Entre los cuatro mayores problemas para los españoles figuran la corrupción y los políticos (además de la situación económica y el paro), lo que muestra un altísimo grado de desafección que podría causar una fuerte abstención o beneficiar a los partidos protesta.PP y PSOE saben que tienen 11 meses para recapitalizarse políticamente (con un examen parcial en mayo: autonómicas y municipales) y aguantar la acometida de Podemos.
EL PAÍS publicó el domingo un amplio estudio sobre si los partidos están listos para afrontar los nuevos tiempos; una especie de test de estrés elaborado durante casi dos meses con la colaboración de todos, menos la de CiU que no quiso participar. El lunes se publicó un sondeo complementario de Metroscopia en el que los ciudadanos demandaban a sus representantes más participación, más transparencia y el cumplimiento de los programas electorales.
El sistema creado en la Transición y desarrollado en el marco de la Constitución de 1978 favoreció el bipartidismo y la alternancia de dos partidos que siempre han pugnado por el centro, desde posiciones socialdemócratas o conservadoras. El PSOE tenía a su izquierda a varias formaciones socialistas y comunistas, mientras que el PP controlaba todo el espectro desde el centro-derecha hasta las posiciones más conservadoras. Estos dos partidos, junto a los nacionalistas CiU y PNV, llegaron a crear un ambiente confortable en el que el bipartidismo se consolidaba con las ayudas necesarias en cada momento.
Pero la crisis económica, política e institucional ha roto ese círculo de confort, poniendo en jaque al bipartidismo con la irrupción de un nuevo partido de corte populista, Podemos, al que las encuestas atribuyen más que un papel de árbitro en los próximos comicios.
El test muestra que los partidos están faltos de capital político, aunque han empezado a actuar para recuperar el prestigio perdido. Después de analizar la evolución electoral, el número de afiliados, la transparencia, la participación, la financiación, las normas de buen gobierno, los casos de corrupción y los programas electorales de las ocho mayores formaciones políticas españolas, los resultados no son tan negativos como podía presumirse, porque todos los grupos parecen haber reaccionado.
No sólo PP y PSOE; también Izquierda Unida, UPyD, Ciudadanos, PNV y ERC se han movilizado para aumentar la transparencia y la participación y regenerar la vida política. Una misión complicada que exige un compromiso real que vaya más allá de las palabras y las promesas electorales.
La aprobación de una Ley de Transparencia por primera vez en la historia democrática ha agitado a los políticos y ha llevado a que las páginas web de todos los partidos estén repletas de información. Es digno de alabar, aunque quedan pasos. Lo mismo sucede con la participación ciudadana en las decisiones de los partidos. No se trata solo de celebrar primarias para decidir los candidatos (ya lo hacen todos, salvo el PP), sino de mejorar la democratización interna de los partidos a todos los niveles.
En cuanto a la regeneración de la vida política, es el problema más importante, y el más difícil de resolver. Aunque en España no haya un grado de corrupción que se pueda considerar sistémico, sí hay demasiados casos de políticos implicados, imputados, procesados o condenados por delitos de corrupción. El rey Felipe dijo en su mensaje de Navidad que “debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción”, y los principales líderes políticos aplaudieron sin matices. Ahora hay que ponerse en marcha de forma rápida, comprometida y eficaz. Lo decía hace poco un empresario en declaraciones a este periódico: “O nos regeneramos o nos regeneran”.

30 de diciembre de 2014

El PSOE pide al Rey que «impulse» la renuncia de la Infanta a sus derechos dinásticos

El PSOE pide al Rey que «impulse» la renuncia de la Infanta a sus derechos dinásticos

ABC - Día 29/12/2014 - 14.01h
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Defiende que, tras ser imputada en Nóos, no es una cuestión «personal» de Doña Cristina sino que «afecta a toda la institución»

El secretario de Política Federal del PSOE, Antonio Pradas, ha pedido este lunes al Rey que «impulse» la renuncia de la Infanta Cristina a sus derechos dinásticospor su imputación en el 'caso Nóos' porque considera que ésa no es una decisión «personal» de su hermana, sino que «afecta a toda la institución».
Pradas ha subrayado que el PSOE ve conveniente que Doña Cristina renuncie a sus derechos sucesorios, como así lo vienen señalando distintos líderes, entre ellos el secretario general, Pedro Sánchez.
Ahora bien, el socialista andaluz cree que el Monarca debe dar «un paso más» de «la simple reflexión» de que es una cuestión «personal» de la Infanta porque se trata de una decisión que afecta a una institución «que está recogida en la Constitución y que representa a todos los españoles».
«Esto afecta a toda la institución monárquica y es en su seno donde se debe acelerar una decisión en ese sentido», ha señalado el dirigente del PSOE, apuntando que es el Rey el que debe dar un «impulso» a la misma. «Don Felipe tiene un protagonismo especial», ha apostillado.
Aunque ha recalcado que aún no hay una sentencia en relación con la hermana menor del Rey y, por tanto, «no se puede exigir a la Monarquía ni menos ni más que al resto de ciudadanos», Pradas sí defiende que dar «un paso más» en este sentido «en nada perjudicaría a la institución y en mucho beneficiaría la imagen de un Monarca muy reciente que pretende ejemplarizar en materia de transparencia y de regeneración».
«Esto sería un elemento más que daría credibilidad a una institución que en esto momento la esta adquiriendo día a día», ha añadido el responsable socialista, antes de apuntar que no cree que a priori cualquier medida relacionada con los derechos dinásticos de la hermana menor del Rey debiera pasar por el Congreso porque se trataría de una decisión «personal» de Felipe VI.
Dicho esto, el secretario de Política Federal de los socialistas ha puesto en valor que en su mensaje de Navidad el Rey mostrara su «preocupación« por la corrupción en tanto en cuanto la Monarquía se ha visto «afectada« directamente por esta lacra.
A su juicio, el de Don Felipe fue un discurso «valiente» y «oportuno» al colocar a la Monarquía «al mismo nivel» de todas las instituciones a la hora de atajar las prácticas corruptas, tal y como, ha recordado, lo hizo su padre hace ahora un año.