10 de junio de 2019

VEJEZ

P E R I S C O P I O

Blog Contra-Revolucionario

domingo, 9 de junio de 2019


VEJEZ – 10/06/2019

Nuestra época siente vergüenza de la vejez. Este sentimiento está tan radicado que incluso a los que de lejos les toca les desagrada. Así, en toda medida de lo posible, se evita incluso parecer tener edad madura. Todo el mundo quiere parecer joven. Y no son raros los que anhelan parecer jovencitos. En estas afirmaciones no hay ninguna exageración. Basta que cada cual mire a su alrededor y quizá incluso a sí mismo.

Todo el maquillaje femenino representa un esfuerzo no sólo en el sentido de disminuir la edad, sino de aparentar, tanto cuanto el implacable rigor de la naturaleza permita, una juventud casi próxima a la adolescencia. Los colores y las formas de los trajes, las actitudes, los gestos, el lenguaje, los temas de conversación, la risa, en todo se busca acentuar esta impresión. En los hombres los trajes típicos de la edad madura con líneas severas, colores discretos, aire sobrio van siendo cada vez más abandonados cediendo paso a los aires deportivos con colores claros. Esto se nota sobre todo en las zonas de veraneo, donde no es raro ver graves profesores, políticos de renombre, banqueros sesudos ir vestidos como sus nietos.

¿Por qué todo esto? Ante todo, porque el hombre pagano de nuestros días vive para el placer y la edad del placer es por excelencia la juventud, por lo menos para los que no comprenden que la juventud, como escribió cierto autor, no existe para el placer sino para el heroísmo.

Pero hay otra razón. Es que la vejez, que puede representar la plenitud del alma, es ciertamente una decadencia del cuerpo. Y como el hombre contemporáneo es materialista y tiene los ojos cerrados para todo lo que es del espíritu, evidentemente la vejez le ha de causar horror.

Pero la realidad es que, si un hombre supo durante toda la vida crecer no sólo en experiencia, sino en penetración de espíritu, en sentido común, en fuerza de alma, en sabiduría, su mente adquirirá en la vejez un esplendor y una nobleza que traslucirá en su cara y será la verdadera belleza de sus últimos años. Su físico puede sugerir el recuerdo de la muerte que se acerca, pero en compensación su alma tendrá destellos de inmortalidad.

Un ejemplo memorable de lo que afirmamos fue Winston Churchill, a cuya inteligencia rutilante de lucidez, a cuya voluntad de hierro un gran pueblo confió la más difícil de las tareas, que es reergüir un imperio decadente.

En las fotos de su juventud se veía indiscutiblemente un joven de buena presencia, inteligente, con futuro. Pero ni su mirada tenía la profundidad, ni el porte la seguridad, ni la fisonomía la fuerza hercúlea de su vejez como podemos ver en la foto. La juventud sin duda se fue y con ella la lozanía, pero el alma creció mientras el tiempo marcaba implacablemente el cuerpo. Y esta alma era por sí sola la columna sobre la que reposaba todo un Imperio.

Esto es, incluso en el mero orden natural, la gloria y la belleza de envejecer. ¡Cuanto más decisivos serían estos comentarios si considerásemos los aspectos sobrenaturales del asunto!

EXCERTOS DE COMENTARIOS DEL PROF. PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA AUTORIA DE NACHO ALDAY SIN REVISION DEL AUTOR.

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