19 de junio de 2019

MONTAJES

P E R I S C O P I O

Blog Contra-Revolucionario

martes, 18 de junio de 2019


MONTAJES – 19/06/2019

En Rusia, una vez más, la policía detuvo en la calle el pasado día 6 al periodista de investigación Ivan Golunov del medio digital Meduza, que tiene su sede en Letonia para evitar problemas con el gobierno.

Ahora lo acusan formalmente de intento de tráfico de drogas afirmando que durante el registro de su mochila se requisaron dos paquetes de una droga sintética y en su vivienda una sustancia que contenía cocaína. El periodista asegura que la droga encontrada no le pertenece. Dijo además haber sido amenazado de muerte y que es perseguido por su trabajo. En el entorno de Golunov crece la preocupación por su estado. Un médico que lo examinó en la ambulancia dijo que el periodista tenía un traumatismo en el cráneo, un hematoma y quizás costillas rotas. El tribunal decretó el sábado por la tarde dos meses de arresto domiciliario para el periodista como medida provisional.

Sus compañeros aseguran que la acusación es un invento para frenar las investigaciones sobre corrupción en las más altas esferas. En Moscú periodistas y activistas han organizado protestas, como se puede ver en la fotografía, contra lo que consideran el último caso de una larga lista de montajes policiales. El Código Penal ruso sirve para iniciar procedimientos legales más que dudosos contra conocidas figuras críticas con las autoridades.

Otro patrón que se repite es que las personas son condenadas a varios años de prisión, pero no cumplen la condena íntegra, sino que son indultadas pasados unos primeros años de escarmiento, cuando el caso ha perdido ya relevancia. O bien se les conmuta la pena por una multa. Tras el trauma de la detención, las agresiones, el paso por la cárcel y el desembolso económico deja hundida la economía familiar, con lo cual el activista o periodista incómodo no suele dar problemas durante un tiempo.

Los primeros interesados en que se sepa que se coloca droga para incriminar son las propias autoridades, porque esta práctica sirve de aviso al resto. Por ejemplo, Anastasia, que prefiere no dar su segundo apellido, es una periodista rusa que escribe en medios nacionales y anglosajones, pero no quiere vivir en Rusia.


 NACHO ALDAY

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