8 de mayo de 2015

La Filarmónica de Szczecin, Premio Mies van der Rohe

La Filarmónica de Szczecin, Premio Mies van der Rohe

El edificio, del estudio español Barozzi- Veiga, se impone a otros cuatro creados en Inglaterra, Alemania, Italia y Dinamarca

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Edificio para la Filarmónica de Szczecin (Polonia), de Fabrizio Barozzi y Alberto Veiga, ganador del Premio Mies van der Rohe 2015. / SIMON MENGES
El edificio de la Filarmónica de Szczecin (Polonia), obra del estudio español Barozzi/Veiga, ha sido el ganador de la XIV edición del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea - Mies van der Rohe, que se ha fallado esta mañana en Barcelona. La obra ganadora se ha impuesto a los otros cuatro finalistas: el Museo de Arte de Ravensburgo (Alemania), el Museo Marítimo de Dinamarca en Helsingor, la Bodega Antinori en Bargino-San Casciano Val di Pesa (Italia) y el Centro de Estudiantes Saw Swee Hock de la London School of Economics (Reino Unido).
El edificio que se ha impuesto es obra del estudio Barozzi/Veigaliderado por el gallego Alberto Veiga (Santiago de Compostela, 1973) y el italiano Fabrizio Barozzi (Rovereto, 1976), que llevan instalados en la ciudad de Barcelona desde sus comienzos, hace diez años, y que han contado con la colaboración de Studio A4 para este trabajo. En el mismo acto se ha hecho público el ganador del Premio Arquitecto Emergente, que ha recaído en esta ocasión en la Casa de la Luz de Cilleros (Cáceres), del estudio barcelonés Arquitectura-G.
Hacía tiempo que no se vivía tanta expectación en este edificio creado por Mies van der Rohe para su país, Alemania, para celebrar la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Ayer no estaba Alfonso XIII como el día de su inauguración, pero si la flor y nata del mundo de la arquitectura. Sobre todo los cinco equipos (de 420 de 36 países que se habían presentado) que habían conseguido llegar a la final de este viernes en Barcelona. Cuando el director general adjunto de Educación y Cultura de la Comisión Europea, Jens Nymand Christensen, leyó el nombre del ganador, la mayoría de asistentes que abarrotaban este poderoso edificio de líneas sobrias, arrancaron a gritar de alegría y aplaudir con entusiasmo. No era para menos. El nombre del proyecto ganador, a diferencia de las anteriores ediciones, no se sabía con antelación, y se decidió tras la presentación que realizaron ayer todos los candidatos ante el jurado de siete personas.
Interior del edificio de la filarmonica que se impuesto en los premios europeos de arquitectura. / SIMON MENGES
El edificio de la Filarmónica de Szczecin, que se inauguró en octubre de 2014, que ha acabado imponiéndose es la primera obra internacional del equipo de arquitectos Barozzi/Veiga autores de otras obras como el Auditorio de Águilas (Murcia) y el de la Denominación de Origen Ribera del Duero en Roa (Burgos). "Pesa mucho este premio. Esto es una catapulta, pero una gran responsabilidad", aseguraba Barozzi, con alegría contenida y con la maqueta del pabellón que le acababan de entregar como reconocimiento a su trabajo.
El edificio de la Filarmónica de Szczecin, con una llamativa fachada blanca (lo mismo que su interior) que se ilumina desde el interior, se integra en la trama urbana de la ciudad ya que repite la estructura de las construcciones cercanas. "Deriva de una interpretación personal de la realidad, ya que la fachada no deja de ser una acumulación de las casitas que dan identidad a esta ciudad”, explicaban los arquitectos entre abrazo y abrazo de felicitación, mientras que negaban que su obra fuera un edificio icónico. “aunque lo parezca, no lo es, no tiene ningún virtuosismo”, explicaba Barozzi. Los arquitectos ganaron hace siete años un concurso público convocado por el Ayuntamiento de la ciudad y al que se presentaron cuando una persona de su equipo polaca les informó del concurso.
La idea municipal era regenerar el tejido urbano bombardeado en la Segunda Guerra Mundial y activar un barrio. "Ha sido un proyecto difícil de realizar. Era el primer proyecto de envergadura que se hacía en esta ciudad desde la postguerra y para la misma administración era un experimento", añade Veiga. "La Filarmónica necesitaba ilusión y queríamos que la tuviera. El resultado ha sido excelente, porque sabemos que funciona, la gente visita el edificio, habla de él y pide que esté abierto. Otra cosa es que luego les guste o no, pero lo mejor del edificio no es el edificio en sí, sino como la gente lo ha hecho suyo”, remacha Barozzi.
En cuando a la idea de trabajar fuera de Barcelona, Barozzi lo tiene claro: "Representamos lo que está pasando en todas las profesiones. Nuestro despacho es un poco típico de nuestra generación: que hemos buscado en Europa nuestra casa y nuestro lugar de trabajo". La paradoja es que el equipo ganador no tiene ninguna obra en Barcelona. "Estamos presentado obras a concurso, pero por ahora no tenemos construida ninguna. Vinimos a Barcelona casi por casualidad, pero teníamos claro que queríamos hacer una arquitectura de calidad, y esta idea de tener Europa como marco de trabajo ha sido casi natural, no ha respondido a ninguna necesidad". En cuanto a sus referentes no les cabe duda: "Tenemos muchos, pero ahora estamos aquí no, en este edificio que es impresionante", dicen casi a la vez.

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