10 de febrero de 2017

Dura carta de un concejal del PP a Mariano Rajoy: 'Ha traicionado nuestros valores'

DIARIO DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS DE INTERECONOMÍA
ÓSCAR BERMÁN

Dura carta de un concejal del PP a Mariano Rajoy: 'Ha traicionado nuestros valores'

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Óscar Bermán, concejal del PP en Palafolls, se ha dirigido a Mariano Rajoy en una dura carta abierta que, por su interés, reproducimos a continuación:

"Sr. Mariano Rajoy, como usted sabe, soy concejal del Partido Popular en Palafolls, una pequeña localidad barcelonesa. Cuando ingresé en el Partido Popular hace más de 25 años, era el partido que mejor podía encauzar políticamente los principios e ideas en los que siempre hemos compartido cientos de miles de afiliados del Partido Popular.
Como tantos otros mi ingreso en el Partido que usted aun preside fue motivado porque el Partido tenía entonces una posición clara en cuestiones fundamentales: El derecho a la vida, la familia, la moral natural, la unidad nacional de España. Si en su día ingresé en el PP es porque me interesa España y la conservación de los valores que este Partido dijo siempre defender. 
Si ingresé en el PP es porque defiendo el derecho a la vida, porque creo en las raíces cristianas de nuestra sociedad, porque me preocupa el futuro de las familias, porque creo en las ayudas a los buenos emprendedores, en la libertad de todos, y sobre todo porque amo a esta gran nación: España.  
Porque cuando miro a mi hijo Óscar, de siete años, me preocupa su futuro y el de todos los niños españoles. Nadie me ha dado nada, ni he recibido nunca compensación alguna por militar en este Partido. Nadie podrá decirme nunca que me metí en el PP para obtener prebendas ni privilegios. Por cierto, le hago entrega junta en este escrito de 17 años de retribución como cargo público, certificados por el secretario e interventora del ayuntamiento de Palafolls, con su lectura cualquiera podrá darse cuenta del significado de mi vocación.
Yo ya era militante del PPC cuando muchos de los que ahora me atacan militaban en otros partidos. Sé que algunos dirigentes del que hasta ahora ha sido mi Partido no se han caracterizado nunca por defender los principios generales que debe mantener un humanista cristiano, entre ellos el de la lealtad al amigo y compañero, pero esperaba otra cosa. A Jesús lo traicionó uno de los suyos y a mí me han crucificado los de mi Partido.
Aunque le admito, que estoy muy alejado hace tiempo de la dirección y de los postulados ideológicos del Partido que usted preside, desde que el Sr. Aznar cometió el error de cooptarlo como sucesor. Error del que es evidente hace mucho que está completamente arrepentido. Por cierto, al expresidente Aznar lo descalifican algunos de los que antes más le adulaban en el partido, por decir en público lo que otros solo se atreven a murmurar en privado, sí señor Rajoy. Se le crítica con afán descalificador, pero nadie da explicación del fondo de lo que dice. Nadie responde argumentalmente a sus críticas.
Respeto profundamente a los miles de militantes que representan el sentimiento genuino de la derecha tradicional, sin trampas, complejos, ni experimentos extraños a nuestra tradición. A ellos me debo y ellos son la razón principal por la que continúo en la brega política en mi pueblo, Sr. Rajoy.
Hemos visto que si te opones por ejemplo a una inmigración descontrolada Sr. Rajoy, eres un xenófobo. Si haces frente a los insultos contra la familia tradicional, te conviertes en un homófobo incorregible. Si te refieres a la nula capacidad de integración del islam, ello hace de tí un perturbador del desorden multicultural y anticristiano. Si te atreves a discutir la veracidad de las cifras sobre violencia domestica, pasas a engrosar la larga lista de misóginos maltratadores ¿No se ha dado cuenta Sr, Rajoy del sufrimiento real de los hombres maltratados, de las denuncias falsas, de la imposibilidad de la custodia compartida por el hombre, y del sufrimiento de miles de niños, padres y abuelos, por una ley injusta y aprobada en dos meses por un irresponsable como fue el expresiente Zapatero, y que usted asumió sin necesidad, pues tenía la mayoría absoluta para derogarla o modificarla en igualdad de condiciones?  
Siempre me ha parecido muy sorprendente que hayamos llegado al siglo XXI todavía con ese feminismo antimasculino, ofensivo, absurdo, inhumano, rancio y trasnochado, un feminismo radical y totalitario, que mira hacia otro lado cuando se trata del islam, y que al mismo tiempo influye en las legislaciones y marca la agenda política, gracias a políticos como usted.
Ahora bien Sr. Rajoy, si blasfemas o haces burla, mofa y befa de los católicos y sus símbolos, de la institución militar o de la unidad de la entera nación, entre otros muchos casos, que le intentaré explicar en este escrito, entonces te ampara el más sacrosanto y sectario derecho concebido desde las terminales mediáticas del poder político y económico: el de la libertad de expresión, cosa que mi partido no ha tenido en cuenta conmigo.
Óscar Bermán es ahora el extremista, dicho por algunos miembros de su equipo, el reaccionario, un peligroso agitador contra la paz pública, el empeñado en vivir agarrado al recuerdo de épocas pasadas. 
Solo en una sociedad tan moralmente corrosiva como la nuestra, los mismos que asaltan capillas universitarias, que se mofan de las víctimas de ETA, que jalean la puesta en libertad de Otegui o que insultan a los cuerpos y fuerzas de seguridad en nombre de una falsa libertad, se atreven a darnos lecciones de respeto y de ejemplaridad cívica. Acuérdese de la “poetisa” Dolors Miquel y la alcaldesa Ada Colau.
Yo sabía que mis declaraciones a la alcaldesa Ada Colau iban a tener una cierta respuesta, pero no hasta el punto de focalizar la actualidad nacional con todo lo que está cayendo. Ada Colau se ha significado por su actitud ultrajante y sectaria contra todo lo que ha representado el Partido Popular, pero según Albiol y compañía tenemos que tratarla con deferencia y delicadeza no vaya a enfadarse la energúmena. Pero si yo, que me declaro católico antes que político, le respondo de una forma más o menos afortunada, entonces soy culpable por atreverme a rebasar ciertos límites que la corrección política ha establecido como infranqueables, eso mismo hacía referencia el inicio del expediente abierto por el Comité de Derechos y Garantías Regional, Sr. Rajoy, y que fue modificado por la posible pérdida de votos, y la excusa perfecta para expedientarme, que por cierto no entiendo cómo se puede cambiar desde el punto jurídico un expediente en curso y modificarlo al antojo de su equipo.
Lo que hice al señalar la falta de idoneidad de Ada Colau para poder ejercer la alcaldía de la segunda ciudad más importante de España fue incorporar a mis críticas el ejemplo habitual cuando una persona no está capacitada para el desempeño de un importante cargo. Podría haber dicho que esta señora no está capacitada para ser presidenta de su comunidad de vecinos y nadie se lo habría tomado como un término menospreciativo para estas personas. Podría haber dicho que Ada Colau no sabría gestionar ni un kiosco de chucherías, y nadie le habría dado a mis palabras la relevancia que sí han tenido por mencionar una profesión tan digna, imprescindible y respetable como la de limpiadora. Dije en la entrevista que a esta señora no se le conocía actividad profesional alguna antes de ser alcaldesa, y que en una sociedad normal y sana habría tenido dificultades para prosperar profesionalmente sin el amparo de la política. 
Que utilicé una dignísima e imprescindible actividad laboral de una forma posiblemente desafortunada, puede ser, pero lo sustancial de mis declaraciones no merece, ni de lejos, los insultos y las críticas recibidas por tierra, mar y aire, hasta de mi Partido, por algunos que tendrían que callar, pero mucho.
Y si hablamos de ofensas a la dignidad de las mujeres, no he visto imagen más denigratoria que la de Águeda Bañón, alias “Mis ....” orinando en mitad de una calle de Murcia, y nombrada jefe de prensa por Ada Colau.
Del catálogo de insultos que mi partido ha recibido de la gente de Podemos podríamos estar escribiendo horas y horas. Nos han insultado desaforadamente tanto como han querido. Lo más suave que nos han dicho es “fascistas”, “ladrones”, “torturadores”, “corruptos”, “asesinos”… y nunca ví una reacción de algunos dirigentes de mi partido tan desmedida como la que están teniendo contra mí. Esa es la diferencia entre ellos y nosotros: ellos se protegen y nosotros nos apuñalamos.
Cuando el alcalde de mi pueblo llamó “nazi” a la Hermandad de Caballeros Legionarios de Barcelona, nadie de su Partido (PSC) lo desautorizó. ¿Vimos a los medios informativos destacar la noticia con la saña con la que se han empleado contra mí? No hombre, no, ni mi partido condenó nada, esta es la diferencia señor Rajoy.
Defendí a La Hermandad de caballeros Legionarios de Barcelona en contra del equipo de gobierno de Palafolls y mi partido me dejó sólo. Agredieron a mi padre en el Ayuntamiento y ni un sólo dirigente regional y nacional mostró el más mínimo interés. He luchado contra la corrupción, contra el separatismo, contra la izquierda más sectaria e hispanófoba, por todo aquello que figura en nuestro ideario político. Y lo hice con la mayor dignidad y capacidad que me fue dada. Me he posicionado siempre en favor de las raíces cristianas del PP y en contra de la islamización de nuestras sociedades, y fui acusado de xenófobo por algunos de mis compañeros. Me descalificaron por apoyar a Sr. Trump mientras permitieron a Celia Villalobos y a Cristina Cifuentes posicionarse a favor de la abortista Sra. Clinton. Muchos de mis compañeros me preguntaban por qué aguantaba tanto.
Cuando en un acto organizado por el Ayuntamiento de Barcelona presidido por Ada Colau se versionó el Padrenuestro de forma blasfema, ¿vio usted a los mass media que me atacaron reprender a Ada Colau por la gratuita ofensa a los católicos?
Cuando unos titiriteros contratados por Podemos montaron la que montaron en un espectáculo infantil, ¿escuchó usted a alguien de ese partido pedir la dimisión de la concejal de Cultura de Madrid? No, señor Rajoy, al contrario. Ellos hacen una piña. Nosotros, con nuestros complejos ideológicos, dejamos solo al compañero como a Rita Barbera o al alcalde de Alcorcón, entre otros, cuando sus opiniones son consideradas contrarias a la corrección política que la izquierda nos exige a nosotros, pero a la que ellos nunca están sujetos.
Si quien denigra a la mujer es un ultraizquierdista, entra dentro de lo anecdótico. Que un concejal de Podemos haga chistes sobre el genocidio o se burle de Irene Villa, entra dentro de lo anecdótico. Que unos titiriteros hablen de degollar banqueros, asesinar policías y violar monjas, entra dentro de lo anecdótico. Que el hijo de la exalcaldesa socialista de Valencia anime a ETA a seguir matando, entra dentro de lo anecdótico. Que un progre de Mallorca escriba que quiere “follarse a Jesucristo”, entra dentro de lo anecdótico y de la libertad de expresión. 
En cambio, si yo me atrevo a poner en duda la capacidad gestora de Ada Colau, y sus inexistentes méritos curriculares, entonces esto constituye una ofensa en toda regla a las reglas del respeto y a la sacrosanta imagen de una mujer progresista.
La diferencia entre la autoridad moral de ellos y la nuestra es que, mientras mi partido me exige que me retracte, ellos nunca le pedirían a Ada Colau que se retracte ante los católicos barceloneses, entre los que me incluyo, por tantas ofensas gratuitas recibidas en los últimos meses, o por las ofensas recibidas a nuestros militares. Luego ocurre lo que ocurre: que perdemos cuatro millones de votos en las elecciones generales y algunos aún se preguntan por qué. Y no obtiene respuesta. Claro que no, usted y su equipo no han permitido que el PPC hiciera una reflexión profunda y autocritica de las causas del declive continuado que lleva al Partido a la marginalidad en Cataluña, justo cuando más falta hace una enérgica respuesta nacional ante el avance del secesionismo. Donde está el debate de las ideas, donde está la pedagogía que hace años que PPC no realiza, por su incapacidad de reacción.
No somos nosotros, los militantes, los que hemos traicionado los principios del Partido Popular. Ha sido usted Sr. Rajoy quien ha defraudado las expectativas que dan sentido a un partido nacional español, de centro derecha, cristiano, occidental, liberal y conservador
Hemos sufrido durante años un continuo desgaste debido a la mala imagen del PP, incapaz de entusiasmar y movilizar a las bases del Partido. Me pregunto qué tiene que ver el Partido fundado por Manuel Fraga y refundado por José María Aznar con el Partido con Cristina Cifuentes, Celia Villalobos, Andrea Levy, Javier Maroto o usted mismo, por nombrar solo algunos destacados enemigos del humanismo cristiano.
Gracias a usted hoy el PP defiende el infanticidio prenatal, la ideología degenerada, mal llamada ideología de género. Usted señor Rajoy con mayoría absoluta ha continuado con la pro islamista Alianza de Civilizaciones, con el pro batasuno Proceso de Paz, con la guerra civilista ley de Memoria Histórica, y con todo el resto de basura sectaria, intelectual y moral que conforma el legado de José Luís Rodríguez Zapatero. Usted ha demostrado pasividad ante el separatismo, premiando su deslealtad y financiando sus desafueros. Dejándonos un gravísimo problema al conjunto de la sociedad catalana en particular y al conjunto de la sociedad española en general. Usted y su cuadro de comisarios se han dedicado a dejar que el problema separatista se pudra y su gangrena antiespañola se extienda afectando a toda la sociedad catalana. Usted ha eludido su principal responsabilidad política ante una ofensiva sediciosa cuya resolución no admite concesiones ni debilidades.
¿En qué queda la Constitución y el Estado de Derecho para los que impunemente impulsan un proceso sedicioso de secesión? ¿Cómo explicara en estos momentos a los militantes y cargos públicos la actitud meliflua y desnortada de su vicepresidenta anunciando una “operación dialogo” con los jefes separatistas, siempre empecinados en imponernos al resto de españoles un delirante viaje a ninguna parte, y que nos lleva directo al precipicio? A ellos usted les trata de calmar, cuando lo que debería hacer, si tuviese lo que evidentemente no tiene, es aplicarles todas las medidas excepcionales que la ley prevé para una situación tan excepcional como la que estamos padeciendo en Cataluña.
¿Qué les dirá a los militantes y cargos públicos que nos hemos partido la cara en Cataluña por el Partido? ¿O es que ya no se acuerda del Pacto del Tinell? Donde todos los partidos firmaron un documento para aislarnos. 
Daniel Sirera fue el último en ocuparse en defender a los militantes del Partido, un gran político que usted dejó abandonado en el congreso 2008, ese es calvario que durante años he estado pagando, por eso he estado aislado y puteado por el Partido Popular de Cataluña señor Rajoy, y no es novedoso, en el PP de Cataluña, cuando acabó el congreso, dieron instrucciones que a los que apostemos por un cambio con Daniel Sirera nos fulminaran, ya sabe que quiero decir. ¿Desde el 2008 revise cuantas gestoras impuestas hay en las cuatro provincias de Cataluña?. Usted prefirió a políticos sumisos y sin criterio. Desde entonces nadie se ocupa realmente del Partido en Cataluña. Solo se ocupan en medrar y enredar. Por si fuera poco, hace años que ignoran a los pocos concejales que hemos seguido defendiendo la vigencia de las ideas fundacionales del PP: La honestidad, la familia, la concepción humanista y cristiana de nuestra sociedad, la protección de los más débiles, la defensa de la vida, la indisoluble unidad nacional de España.
No creo que tenga que explicarle más de todo lo que tantos buenos militantes hemos tenido que aguantar Sr. Rajoy por el caso Gurtel, por lo de los sobresueldos, por el caso Bárcenas, por sus SMS al Sr. Bárcenas, (“Luis, sé fuerte", etc.), perdone pero no tiene ni comparación con el Expediente de apertura y ratificado por el secretario J.C.Vera del Comité Nacional de Derechos y Garantías, desestimando mi recurso de apelación, interpuesto al Comité Regional del PPC, proponiendo mi suspensión de dos años de militancia, porque según ellos he dañado gravemente el honor e imagen del partido, de sus órganos y de sus miembros ¿Y usted qué hizo? Como muchos de dirigentes que usted arropa, como Alicia Sánchez ( Camarga ), por poner solo un ejemplo de tantos. Y después se dice que el Partido Popular es una gran familia. No le envío este escrito para justificarme, pues no tengo nada que justificar. Le envío este escrito porque tengo la obligación moral y política de escribir al aun presidente del Partido, y a diferencia de usted yo no hago dejación ni delego mis obligaciones morales y políticas.
Me siento muy decepcionado. He sido traicionado, no por el Partido, sino por algunos de sus dirigentes. Tengo un prestigio profesional, y soy un hombre honesto y de firmes principios. Si quieren comprobarlo pueden preguntar por mí a los vecinos de Palafolls, incluso a los que no me votan. No necesito vivir de la política. Ni me metí en el Partido para lucrarme. No todos pueden decir lo mismo. Me metí en la política para defender unas ideas que antes defendía el PP y que ya no defiende.
Usted ha traicionado y sigue traicionando los postulados que le eran naturales y propios al Partido, y con su presidencia ha expulsado del Partido a todos los que se han mantenido fieles a las ideas fundacionales. Su proyecto Sr Rajoy (Si es que realmente tiene usted algún proyecto nacional digno de tal nombre), no es el proyecto político que pueda yo defender y representar. 
Usted no puede echar la culpa a otros de los efectos dañinos de su política, cuando el problema es usted, que ha convertido el Partido en su finca particular, al servicio de no se sabe muy bien qué intereses inconfesables.
Si he resistido hasta hoy ha sido con la esperanza puesta en una refundación que se sacuda de encima a usted y a sus paniaguados. Pero usted ha conseguido su verdadero e inconfesado principal objetivo, que el PP y Mariano Rajoy sean lo mismo: Usted, Mariano Rajoy es el PP, y el PP es Mariano Rajoy. 
El PP ya no tiene remedio ni rectificación posible, y morirá políticamente con usted. Ya no tiene ningún sentido ni objeto seguir en este PP irremediablemente degenerado y convertido en el Partido de la Traición a España.
Por eso señor Rajoy el pasado día 2 de diciembre del 2016 celebré con carácter extraordinario una asamblea de militantes y simpatizantes, para explicarles mi posición y tomar una decisión respecto a mi futuro, porque me debo a ellos. He sido fiel al PP durante más de veinticinco años. Me he enfrentado como cargo público a los separatistas y al terrorismo de ETA en la época en la que muchos compañeros cayeron asesinados. He soportado insultos, injurias, amenazas e intentos de agresiones. No me importó porque en ello me iba mi compromiso como militante. Fui ultrajado por algunos compañeros de la dirección catalana del PP y nacional, por mis declaraciones contra algunos de mis compañeros, de Ada Colau o contra las feministas radicales y tampoco me importó porque entendía que estaba defendiendo la dignidad de mucha gente.
Nunca antes hubiera siquiera llegado a imaginar en escribirle esta carta al presidente del Partido del que he sido hasta la fecha activo defensor. Pero lamentablemente su ausencia de valor y de valores me deja solo una salida para continuar sirviendo a las ideas y principios que siempre he defendido. Con esta carta le anuncio mí baja como afiliado, y mi voluntad de combatir lo que usted tan bien encarna: La ambigüedad moral, el pensamiento débil, la ausencia de principios, la ausencia de coraje y la falta de patriotismo.  
Por ello, solicito al actual Presidente del Partido Popular Sr. Mariano Rajoy, mi irrevocable baja de Militante del Partido Popular, y con ello todos los cargos".

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