19 de enero de 2017

CURRI VALENZUELA El error de pedir perdón

CURRI VALENZUELA

El error de pedir perdónCurri Valenzuela

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El PP podría exigir al PSOE que pida perdón por la política económica de Zapatero, que sumió a los españoles en una tremenda crisis económica de la que no acabamos de salir; a José Bono, por dejar desamparados a los familiares del accidente del Cougar en Afganistán; a Susana Díaz, por haber permitido que el partido del que era y es dirigente malversara el dinero de los andaluces en financiar ERES falsos y cursos de formación que no se repartían; a Albert Rivera, por haber intentado que el ya declarado inútil Pedro Sánchez saliera elegido presidente del Gobierno; a Pablo Iglesias, por financiarse con dinero de Venezuela e Irán.
En vez de hacerlo, agacha la cabeza cuando PSOE, Podemos y Ciudadanos le exigen que pida perdón por el accidente del Yak-42 y, efectivamente, lo pide. Sin exigir que los otros partidos tomen una cucharada de su propia medicina y practiquen consigo mismos lo que venden, erróneamente, como un necesario comportamiento democrático que, según sus tesis, atañe únicamente al partido que hoy gobierna.
El caso del accidente del Cougar que costó la vida a 17 militares españoles en Afganistán, es, quizás, el mas sintomático de todos. Bono, sin duda, recuerda que, cuando su antecesor a cargo del ministerio de Defensa, Federico Trillo, le cedió los poderes y los papeles de ese departamento, le explicó que le dejaba todos los documentos relativos al accidente del Yak-42 perfectamente archivados en un armario para que pudiera ayudar a los familiares de sus víctimas. Lo que hizo fue utilizarlos para llevar a cabo una vendetta contra su antecesor. Y ahí sigue.
En democracia, las responsabilidades penales se dirimen en los tribunales y las responsabilidades políticas, en las urnas. Lo recordó muy acertadamente el otro día Federico Trillo, exculpado de toda responsabilidad penal por aquel accidente. Las responsabilidades políticas ya las pagó, como el Gobierno al que pertenecía, cuando el PP perdió las elecciones de 2004 tras la reacción popular a los atentados de Atocha como símbolo de su gestión en materia de Defensa por la guerra de Irak, aunque los muertos en el Yak-42 no procedieran de ese país.
No hay precedentes en ninguna democracia de que un gobierno pida disculpas por el comportamiento mantenido por un Ejecutivo de su propio partido catorce años antes. A nadie se le ocurriría que Donald Trump deba solicitar el perdón de los norteamericanos porque George Bush les metiera en la guerra de Irak, ni Hollande tiene que justificar lo que en su día hizo Mitterrand en Francia, ni May la tontería, mas reciente, cometida por Cameron al convocar el referéndum sobre el brexit.
La exigencia de pedir perdón por acciones pasadas de otro gobierno solo se permite en España y cuando los gobiernos implicados son del PP, lo cual ya es notable. Y lo más anómalo es que los populares se dejan achantar sin que nadie, ni en su partido ni en el Gobierno, levante la voz para recordar, por ejemplo, que Trillo tiene derecho a trabajar en un Consejo de Estado en el que es letrado por oposición. Y que Bono estaría mejor calladito.
Curri ValenzuelaCurri Valenzuela

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