1 de mayo de 2014

La Complutense: 300 profesores menos, un 10% de las investigaciones paralizadas

La Complutense: 300 profesores menos, un 10% de las investigaciones paralizadas

El rector del mayor campus presencial detalla los efectos de los recortes

Caen los alumnos de máster y las matriculaciones de asignaturas en los grados

José Carrillo: "El futuro de la universidad está en entredicho"

El rector de la Complutense, José Carrillo, antes de la lectura del comunicado. / Á. GARCÍA
Es la universidad presencial más grande del país, con 78.000 alumnos y 6.000 profesores, y el tercer mejor campus español, según la clasificación de la Universidad de Shangái (se encuentra en la franja entre el puesto 201 y 300 del mundo). La Complutense de Madrid es buque insignia de las universidades españolas y su radiografía sirve para ejemplificar de qué forma han “asfixiado” —en palabras de su rector, José Carrillo— los recortes a los centros universitarios del país. Para pedir que se retiren se han manifestaron hoy públicamente los rectores con la lectura simultánea de un comunicado consensuado entre los 50 campus públicos y 25 privados del país. “El futuro de la Universidad pública está en entredicho”, ha alertado Carrillo desde su rectorado, antes de detallar, número a número, en qué se traducen los ajustes en su centro: pérdida de profesores, pérdida de alumnos y pérdida de equipos y líneas de investigación.
La Complutense se ha dejado por el camino en los últimos tres años a 300 profesores doctores, y otros 90 están al borde de tener que marcharse este año, porque acaba su contrato y la tasa de reposición (del 10%, es decir, que solo se cubre una de cada diez bajas) impide que se queden. “La formación de todos estos docentes ha costado 30 millones de dinero público, es dinero que se va por la alcantarilla”, se quejó Carrillo. Esos 90 doctores menos pueden suponer, ha advertido el rector, que el centro se tenga que plantear “el cierre de departamentos o incluso de titulaciones”.
El aumento de tasas, especialmente intenso en Madrid —de hasta un 66% en grado en dos años — ha provocado que el campus madrileño haya perdido 800.000 créditos matriculados en los dos últimos años, lo que equivale, ha dicho el rector, a que cada estudiante se ha matriculado de una asignatura menos (60 créditos son, de media, un curso completo). En el caso de máster, el centro se ha quedado con hasta un 20% de estudiantes menos en el mismo periodo, según ha relatado. “Muchos de los que hoy somos profesores en esta Universidad no podríamos haber estudiado con estos precios”, ha lamentado Carrillo.
La investigación del centro universitario más grande de España también se ha resentido con fuerza. De los 570 grupos de investigación, entre el 10% y el 15% se ha quedado sin financiación, “lo que supone la paralización de laboratorios y de líneas de investigación”, explica el vicerrector de Investigación del campus, Francisco Tirado. “Afecta también a la temática de las investigaciones: las más costosas, las relacionadas con la química, la física o la salud, que necesitan más material, consumibles, etcétera, son las más afectadas”, añade. “Esto va a tener un coste para este país”, ha alertado Carrillo, que ha recordado que la investigación en España “está soportada en un 66% por las universidades”.
La Complutense también aqueja la falta de inversión en infraestructuras. Basta darse un paseo por el campus y observar el mal estado de muchos edificios. El responsable de la universidad ha cifrado en 200 millones de euros el déficit de inversión en mantenimiento de edificios. El presupuesto del campus ha bajado de 597 millones de euros en 2011 a 510,6 millones este año (el conjunto de las universidades públicas ha perdido unos 1.200 millones desde 2009). Las facturas, y ahora van un poco más desahogados que los últimos años, se pagan con ocho meses de retraso.
“Nos están vapuleando año tras año, hemos llegado al final de este cuento”, concluyó el rector, para quien las medidas del Ejecutivo son una “opción política” y no una cuestión de dinero. “Se habla de dar 5.000 millones para las carreteras radiales, ¿hay dinero para eso y no para la universidad?”, criticó.
El Ministerio de Educación, por su parte, ha insistido en que las universidades deben ser capaces de atraer más recursos por sí mismas. “No se puede asumir que la Universidad siga creciendo al ritmo que lo ha hecho en las últimas décadas, a base de demandar más financiación pública”, ha asegurado un portavoz.

Los rectores catalanes no se arrepienten de la subida de tasas

I. VALLESPÍN
Las tasas universitarias en Cataluña se mantendrán por ahora. A pesar de las quejas de que el aumento de precios de grado y máster ataca la igualdad de oportunidades y la equidad, los rectores catalanes descartaron ayer plantear una bajada de precios. “Nadie lo ha puesto sobre la mesa”, reconoció el rector de la Universidad Politécnica de Cataluña, Enric Fossas. Los responsables de los campus catalanes admitieron además que no se arrepienten de la subida de tasas del 67% aplicada el curso pasado y que lleva a las universidades de Cataluña, junto con las de Madrid, a ser las más caras del Estado.
“Aunque personalmente estoy en contra de la subida de precios, yo voté a favor y no me arrepiento”, dijo Dídac Ramírez, rector de la Universidad de Barcelona, la más grande de la comunidad. Ramírez abundó en que el incremento se acordó en 2012 con la Generalitat “por la situación coyuntural de falta de recursos que sufría el Gobierno catalán”. “Se estaba recortando en sanidad y dependencia; no me vi capaz de pedir que con las universidades se hiciera una política diferente”, afirmó el rector.
Los siete responsables de las universidades públicas se reunieron el martes por la tarde para hablar de los recortes y reclamar una mayor financiación y más becas. Pero el tema de las tasas no salió a relucir en el encuentro. En el caso que sucediera, los rectores reconocieron que el debate será arduo, ya que “no hay una posición unánime sobre las tasas”, apuntó Fossas, ni en Cataluña, ni entre los otros campus españoles.
Los rectores matizaron que se puso la condición de aumentar las ayudas e implantar el sistema de Becas Equitat, que permite variar el precio de las matrículas según la renta del alumno. Con todo, los dirigentes de los campus aseguraron que la equidad no depende tanto de las tasas, sino que “se garantiza con las becas”.

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