10 de mayo de 2014

Así salió España de las peores crisis económicas de su historia

Así salió España de las peores crisis económicas de su historia

Día 10/05/2014 - 06.22h

Estas son las medidas que tomaron los distintos gobiernos y monarcas para superar los efectos de la peste de 1348, el crack del 29, la posguerra o la crisis del petróleo

Así salió España de las peores crisis económicas de su historia
«Mientras la tasa de paro en España esté donde esté, la crisis está ahí, porque ese es el problema fundamental de España», aseguraba este martes Luis de Guindos, tras conocer el nuevo dato del paro. El ministro de Economía y Competitividad se mostraba prudente, a pesar de haberse registrado una bajada en 111.565 personas con respecto al mes anterior, el mejor abril de la historia reciente (desde que existen las estadísticas a partir de 1960).
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EFE
El ministro de Economía, Luis de Guindos
Pero no es para menos. En 2008, España comenzó a sufrir una de las peores crisis económicas de su historia, comparada a menudo con las fuertes recesiones que vivió el país, por ejemplo, en los últimos años del régimen franquista, tras la Guerra Civil, en el crack del 29, con la gran depresión del último cuarto del siglo XIX, con la crisis del Antiguo Régimen o con las provocadas por la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y la peste negra (1348).
De todas esas crisis, España terminó saliendo. Aunque queda mucho camino por recorrer, hoy comenzamos a ver algunos rayos de luz al final del túnel («La percepción ahora es completamente distinta», declaró Guindos). Mariano Rajoy ha puesto en práctica sus medidas, al igual que los Gobiernos y monarcas de todos los signos y épocas tomaron las suyas. Protección del comercio, reestructuración del sistema económico, intervencionismo del Estado, subidas de impuestos, fuertes privatizaciones… Medidas para dar y tomar con las que se acabó con periodos de hambre, se redujeron los gastos de la guerra, se potenció la producción agrícola, se terminó con el endeudamiento público o se mejoró la situación financiera.

Pestes y guerras

Algunas de estas crisis fueron más duras y prolongadas que la actual. La crisis bajomedieval y la que se produjo en la primera mitad del siglo XVII, por ejemplo, provocaron un auténtico colapso de la actividad económica de toda Europa. En la primera, la principal causa fue lapeste negra del siglo XIV, que se llevó por delante entre un tercio y la mitad de la población. Mientras que la segunda estuvo provocada por la Guerra de los Treinta Años, de 1618 a 1648.
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ABC
Ilustración de la peste negra de 1348
La debacle demográfica provocada por la peste hundió la producción agraria, la creciente actividad industrial, el comercio y, por lo tanto, el consumo. En España, la peste comenzó a notarse en 1348 y tuvo que sumar las malas cosechas que venían padeciendo y la elevada carga impositiva contra los ciudadanos parasufragar las continuas guerras. Las mismas casusas (epidemias e impuesto) que provocaron la crisis de principios del siglo XVII, ya que lamonarquía de los Austrias necesitaba que los ciudadanos sufragaran su política imperial en la asfixiante Guerra de los Treinta Años, castigando a los productores agrícolas más productivos y a los mercaderes más prósperos.
¿Qué hicieron? En la segunda mitad del siglo XIV, España tuvo que llevar a cabo una profunda reorganización de su sistema feudal, desde sus bases económicas (mayor especialización agrícola, incremento de la comercialización o la reducción de los costes de los transportes),a sus estructuras políticas e institucionales (afianzamiento de las monarquías territoriales y centralización del poder político y militar). Gracias a ello, España aceleró su crecimiento comercial y ayudó a la división del trabajo entre el campo y la ciudad, lo que llevó al país a convertir el crecimiento anterior en desarrollo.
La monarquía de los Austrias siguió un camino muy diferente en la segunda mitad del siglo XVII, tras ceder poder a la nobleza y las oligarquías locales a cambio de deuda. Decidió comenzar de cero, renunciando en la Paz de Westalia (1648) a sus aspiraciones territoriales en Europa, para iniciar el largo trayecto de la recuperación desde abajo que, precisamente por ello, fue más lento que en el resto de vecinos europeos.

Del Antiguo Régimen a la crisis capitalista

El siglo XIX español arrancó con otras dos crisis de signo parecido: la primera, de 1803 a 1805, fue de carácter feudal y motivada por también por malas cosechas y epidemias; y la segunda, de 1808 a 1814, como consecuencia de la Guerra de la Independencia, que provocó, al igual que anteriormente, que la hacienda pública se endeudara hasta colapsarse.
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Españoles, haciendo cola con su cartilla para recoger el racionamiento (1940)
Pero España reaccionó muy rápido. Las profundas alteraciones políticas e institucionales que se llevaron a cabo durante la guerra posibilitaron el acceso a recursos explotados de manera poco intensa hasta entonces. Eso fue capital para superar la crisis y realizar cambios estructurales de importancia. En primer lugar, una política comercial fuertemente proteccionista y, en segundo, una privatización de bienes y tierras que, como una especie de desamortización silenciosa e informal, acabó por elevar la productividad y fomentar un crecimiento económico entre 1815 y 1830.
Este crecimiento, precisamente, sentó las bases de los cambios institucionales que culminarían en la instauración del sistema capitalista, cuya primera crisis no llegó hasta 1864. Fue como consecuencia de otra crisis agraria que hizo quebrar a varias compañías ferroviarias del país, arrastrando de paso a más de 40 entidades bancarias, primero, y provocando, una crisis industrial y financiera, después, además de una gran deuda pública a causa, una vez más, de la financiación de las guerras coloniales.
¿Qué hicieron los diferentes gobiernos de la Restauración? Llevar a cabo una fuerte depreciación de la peseta, establecer un importante proteccionismo arancelario y repatriar capitales de las colonias perdidas para superar esta nueva crisis. Esto sirvió de base para crear grandes bancos e impulsar las empresas que se embarcarían en la segunda industrialización.

El crack español del 1929

La primera gran crisis del siglo XX fue la que se produjo a raíz del crack de Nueva York del 29, que afectó a España de una forma menos profunda y más breve, gracias, paradójicamente, al atraso de una economía aún basada en la agricultura tradicional, el subdesarrollo de su sector bancario y su poca apertura.
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La portada del crack del 29
Aún así, los gobiernos de la Segunda Repúblicautilizaron, esta vez, instrumentos convencionales como medidas de corte proteccionista. En 1935 ya se había superado, aunque muchos historiadores coinciden en que si se hubieran aplicado antes y con mayor convicción, y no hubiera estado sumida España en la inestabilidad política que sufría, posiblemente no se habría producido ningún contagio y se hubieran podido atender a problemas más graves de carácter estructural que siguieron hasta la Guerra Civil.
Fue precisamente la guerra del 36 la que sumió a España en la peor crisis económica de su historia. La política autárquica de la recién instaurada dictadura –que suprimió toda acción del mercado por la intervención directa y total del gobierno– no ayudó a superarla en las siguientes dos décadas. El PIB per cápita de los españoles, que vivían de la cartilla de racionamiento, estuvo por debajo del nivel de 1929 hasta finales de la década de los 50.
En 1951 se produjo un cambio de Gobierno que incluía a algunos ministros críticos con la política autárquica e intervencionista, y partidarios de liberalizar el mercado. Pero los cambios vinieron impulsados, principalmente, desde Estados Unidos, la gran potencia, que culminaron con la firma de los famosos Acuerdos de Madrid y elPlan de Estabilización de 1959. Las bases del desarrollo de los años 60 no podemos buscarlos, en esta ocasión, en las medidas del Gobierno, sino en el increíble efecto de arrastre que supuso la mejor década de la historia de la economía mundial para España. Franco, al principio muy reticente, terminó por entender que la liberalización de la economía era necesaria para la supervivencia del régimen.

La crisis del petróleo

Como había ocurrido parcialmente en 1864 y 1929, fueron los factores externos, agravados por los internos, los que volvieron a poner en dificultades a la economía española entre 1975 y 1985. La crisis del petróleo en 1973 y el colapso del sistema monetario internacional deBretton Woods, en 1979, coincidieron con una etapa de profunda inestabilidad política en el fin de la dictadura.
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Portada que ilustraba la crisis del petróleo en España (1973)
Las medidas del Gobierno de la transición para poner remedio a la caída del PIB per cápita, a los desequilibrios presupuestarios, a las crisis industrial y energética, a la alta inflación y, sobretodo, al desempleo estuvieron representadas por los Pactos de la Moncloa, de 1977. En ellos se imponían sacrificios a los ciudadanos a cambio del establecimiento delEstado del Bienestar y se insinuaban reformas estructurales que, sin embargo, patronal y sindicatos se encargaron de frenar. Esto implicaba que la superación de la crisis de 1973 no significaba que los problemas más importantes de la economía española estuvieran en vías de solución, pero al menos se había salvado el escollo.
Como hemos visto, cada tiempo tiene su crisis y sus soluciones. Así es la historia, y hoy vivimos uno de los episodios más críticos del último siglo. Para analizar si las medidas de hoy habrán sido la solución de esta última crisis tendremos que esperar, pero, de momento, ya empezamos a ver algún haz de luz al final del túnel.

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