5 de noviembre de 2013

“Como estemos tres días sin limpieza nos puede dar algo”

HUELGA DE LIMPIEZA

“Como estemos tres días sin limpieza nos puede dar algo”

“Como estemos tres días sin limpieza nos puede dar algo”, comentan vecinos del barrio de Lavapiés

La huelga indefinida de los trabajadores de la limpieza urbana de Madrid es ya patente en muchas calles del centro de la capital, donde se acumulan desde hace horas desperdicios de todo tipo. La protesta, planteada a raíz de un ERE que afecta a 1.144 empleados presentado por las empresas que prestan el servicio (FCC, OHL y Sacyr) está teniendo un seguimiento cercano al 100%, según informan los sindicatos convocantes. Ni el Ayuntamiento de Madrid ni las empresas han aportado aún datos sobre la incidencia de los paros. La plantilla de trabajadores dedicados a la limpieza urbana de Madrid es de unas 6.000 personas.
Quienes ya asisten a los efectos de las movilizaciones son los vecinos: "¿Ya ha empezado la huelga?, ya decía yo que he visto todos los cubos hasta arriba cuando he salido de casa". Raúl Ramírez, de 39 años, vecino de Lavapiés se espera lo peor de esta huelga indefinida de limpieza: "aquí hay servicios mínimos desde que empezó la crisis, no me quiero imaginar cómo va a estar el barrio", aventura. En frente, al otro lado del mostrador de una tienda de alimentación, Isaac García, de 40 años, asentía: "Como estén tres días sin pasar por aquí los de limpieza, nos puede dar algo". El paro del servicio de limpieza de Madrid no lleva en marcha ni un día y este barrio ha amanecido plagado de bolsas de basura que la gente ha dejado en los alcorques y los cartones y plásticos se amontonan en torno a los contenedores de reciclaje.
Los servicios mínimos fijados por el Ayuntamiento mientras dure la protesta son del 40% de los trabajadores a pie de calle (incluido el personal del Servicio de Limpieza Urgente, Selur) y del 25% para el de mantenimiento de jardines, conservación de las áreas infantiles y mobiliario urbano.
Los plásticos y papeles volaban entre los pies de los transeúntes en la plaza Jacinto Benavente, donde además de los efectos del inicio de la huelga, se notan los de la protesta de ayer. Un reguero de basura se extiende por el centro de la plaza, y alguien ha colocado, irónicamente, una bolsa de desperdicios en la escoba que sostiene la estatua ubicada en medio de este espacio. Lo mismo ocurre en la calle Huertas, alfombrada de papeles y restos diversos.
Victoria Jiménez regenta una papelería en una calle adyacente a Tirso de Molina y ella ha decidido tomar medidas desde el primer día. El tramo de acera frente a su entrada amanece regado: "He limpiado yo el acceso a mi tienda porque me parece muy desagradable que los clientes tengan que entrar con toda la suciedad" y apostilla: "Ya sin huelga, habré visto pasar un camión con agua tres veces este año, así que ahora...". Jiménez apunta resignada que tendrá que seguir echando mano de su cubo de agua.
También es difícil sortear los desperdicios en la calle Carretas, con numerosos comercios y tiendas de alimentación, al igual que en Doctor Cortezo. Susana Blasco, que trabaja en una tienda de bisutería en la primera asegura mientras coloca pendientes en un mostrador: "nosotros de momento guardamos los plásticos y cajas en el almacén, pero tampoco podemos estar así eternamente".
El panorama en Montera es parecido, unas perchas se acumulan frente a una tienda de ropa y nadie ha recogido los restos de bebida y comida de los locales de alimentación de esta vía. Algún que otro transeunte ha tenido dificultades al enredarse los pies con los plasticos arrojados frente a una zapatería.
Sol, sin embargo, ha amanecido limpia a pesar de haber sido uno de los principales focos de la protesta de ayer, tan solo unas cuantas latas de cerveza  aplastadas se amontonan en algunas zonas.

No hay comentarios: