4 de abril de 2013

Cuando los banqueros pagaban sus culpas.


Cuando los banqueros pagaban sus culpas.

La banca privada (taula de canvi) apareció en Barcelona durante el reinado de Jaime I El Conquistador. La legislación romana y goda que regían este negocio fue sustituida por los “Usos de Barcelona”.
Estos son algunos de los artículos de esta legislación bancaria:
El 13 de febrero de 1300 se estableció que cualquier banquero que se declarara en bancarrota sería humillado por toda Barcelona por un voceador público y forzado a vivir en una estricta dieta de pan y agua hasta que devolviese a sus acreedores la cantidad completa de sus depósitos.
El 16 de mayo de 1301 se decidió que los banqueros estarían obligados a obtener fianzas y garantías de terceras partes para poder operar, y a aquellos que no lo hicieran no se les permitiría extender un mantel sobre sus cuentas de trabajo. El propósito de ello era señalar a todo el mundo que estos banqueros no eran tan solventes como aquellos que usaban manteles, es decir, que estaban respaldados por fianzas. Cualquier banquero que rompiera esta regla (por ejemplo, que operase con un mantel, pero sin fianza) sería declarado culpable de fraude.
cambistas edad media
Sin embargo, los banqueros pronto empezaron a engañar a sus clientes. Debido a esos engaños, el 14 de Agosto de 1321 se estableció que aquellos banqueros que no cumpliesen inmediatamente sus compromisos, se les declararía en bancarrota y si no pagasen sus deudas en el plazo de un año, caerían en desgracia pública, lo que sería pregonado por voceros por toda Catalunya. Inmediatamente después, el banquero sería decapitado directamente enfrente de su mostrador y sus propiedades vendidas para pagar a sus acreedores.
Existen evidencias documentales de que esto se cumplía.
En el año 1360 el negocio del banquero Francesc Castelló entró en bancarrota y el 10 de noviembre de ese mismo año fue decapitado frente a su mostrador, en estricto cumplimiento de la ley.
No siempre las leyes mejoran con el paso del tiempo, no quiero decir que de entrada les cortemos la cabeza, podríamos empezar cortándoles las [...]. Y si no escarmientan …..

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