3 de mayo de 2008

La asistencia religiosa en los hospitales es un «derecho»

ABC - 03/05/08

La asistencia religiosa en los hospitales es un «derecho»

L. D. MADRID.
No se trata de un privilegio, ni de una intromisión de la Iglesia en el Estado. La asistencia religiosa y la participación de los capellanes en los comité de ética de los hospitales públicos responde «al derecho de todo ciudadano a ser atendido», desde un punto de vista espiritual, en un momento especialmente difícil como es la enfermedad. Así lo entiende el padre Abilio Fernández, director del departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal, después de la polémica desatada la semana pasada por el convenio suscrito entre la Consejería de Sanidad de Madrid y el Arzobispado que permite la participación de los sacerdotes en estos equipos interdisciplinares.
En la actualidad, más de 1.000 sacerdotes realizan labores de asistencia religiosa en los distintos centros públicos españoles; 87 en la comunidad de Madrid.
De su experiencia como miembro del comité de ética durante más de 20 años en un hospital de León, el padre Abilio rescata «la gran riqueza» que supone siempre el intercambio de los distintos puntos de vista sobre un caso que plantea una cuestión ética. «Es un modo de estar en la vida del hospital no para decidir nada sino para aportar la mirada de la Iglesia», apunta el sacerdote, quien recuerda que el capellán en estos equipos interdisciplinares es «uno más» y que los informes que luego se pasan a los servicios del hospital «no son vinculantes».
Entre los primeros planteamientos que llegaron a estos consejos consultivos, tras su creación por el Insalud a mediados de la década de los 90, cuando aún no estaban transferidas las competencias a las comunidades autónomas, estaban «las transfusiones de sangre de los Testigos de Jehová y los primeros protocolos de consentimiento informado». Luego, se fueron incorporando «casos como los abortos en adolescentes, discapacidades y cuidados paliativos», explica.
Para el padre Abilio, la aportación de la Iglesia en los hospitales, que se reguló por primera vez en los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado en 1979 y se ratificó en 1985 durante el Gobierno de Felipe González, se debe a que «las personas no son aconfesionales como el Estado» y, por ello, tienen «derecho» a la asistencia religiosa. «Nosotros hacemos un acompañamiento, no sólo administramos los sacramentos. Somos un alivio para mucha gente que necesita que le tendamos una mano, le brindemos una palabra de consuelo», apunta.
Soporte emocional
Sin embargo, el Gobierno no lo tiene muy claro y ha pedido a la Fiscalía General que estudie si procede emprender acciones legales contra el convenio suscrito entre la Comunidad de Madrid y el Arzobispado. En concreto, el Ejecutivo quiere saber si el acuerdo vulnera derechos fundamentales, ya que la voluntad de los pacientes sobre su salud no puede tener otros límites que los previstos en el ordenamiento jurídico y los que se derivan de criterios «profesionales».
La realidad es bien distinta. Desde el Arzobispado aseguran que son «muy pocos» los capellanes que participan en los comité de ética, ya que se trata de una actividad que, pese a estar contemplada en ese convenio, es «voluntaria». Además, señalan que, en los casos de cuidados paliativos, el soporte que hace el sacerdote siempre es «emocional y espiritual» y sólo para quienes así lo deseen.